La meditación es un conjunto de técnicas de entrenamiento mental. Se puede utilizar la meditación para mejorar la salud y las capacidades mentales, y también para ayudar a mejorar la salud física. Algunas de estas técnicas son extremadamente sencillas, por lo que puedes aprenderlas con un libro o un artículo; otras requieren la orientación de un profesor de meditación cualificado.

Toma nota

  • Te sientas o te acuestas en una postura relajada.
  • Respira con regularidad. Inspira lo suficientemente profundo para obtener suficiente oxígeno. Al espirar, relaja los músculos para que los pulmones se vacíen bien, pero sin forzarlos.
  • Dejas de pensar en los problemas y asuntos cotidianos.
  • Concentras tus pensamientos en algún sonido, alguna palabra que repites, alguna imagen, algún concepto abstracto o algún sentimiento. Toda tu atención debe apuntar al objeto que has elegido para concentrarte.
  • Si algunos pensamientos extraños se cuelan, sólo tienes que detener este pensamiento extraño, y volver al objeto de la meditación.

Las diferentes técnicas de meditación difieren en función del nivel de concentración y de cómo se manejan los pensamientos extraños. En algunas técnicas, el objetivo es concentrarse tan intensamente que no surjan pensamientos extraños. En otros métodos, la concentración es más relajada, de modo que los pensamientos extraños surgen fácilmente.

Cuando se descubren estos pensamientos extraños, uno los detiene y vuelve a la meditación pura de forma relajada.

Tenga en cuenta

Los pensamientos que surjan, a menudo serán sobre cosas que has olvidado o reprimido, y te permitirán redescubrir material de memoria oculto. Este redescubrimiento tendrá un efecto psicoterapéutico.

  • La meditación te dará descanso y recreación.
  • Aprendes a relajarte.
  • Se aprende a concentrarse mejor en la resolución de problemas.
  • La meditación suele tener un gran efecto sobre la presión arterial.
  • La meditación tiene efectos beneficiosos sobre los procesos internos del cuerpo, como la circulación, la respiración y la digestión.
  • La meditación regular tendrá un efecto psicoterapéutico.
  • La meditación regular facilitará el sistema inmunitario.
  • La meditación es generalmente placentera.

Recuerde

La hipnosis puede tener algunos de los mismos efectos relajantes y psicoterapéuticos que la meditación. Sin embargo, cuando meditas tú mismo tienes el control, mientras que con la hipnosis dejas que otra persona o un dispositivo mecánico te controle. Además, la hipnosis no tendrá un efecto de entrenamiento sobre la capacidad de concentración.

  • Siéntate en una buena silla en una posición cómoda.
  • Relaje todos sus músculos lo mejor posible.
  • Deja de pensar en nada, o al menos intenta no considerar nada.
  • Exhala, relajando todos los músculos del aparato respiratorio. Inspira tan profundamente que sientas que recibes suficiente oxígeno. Exhala, relajando completamente el pecho y el diafragma. Cada vez que exhale, piense en la palabra "uno" u otra palabra sencilla en su interior.
  • Debes pensar la palabra de forma prolongada, para que la escuches dentro de ti, pero debes intentar evitar usar la boca o la voz.
  • Si aparecen pensamientos extraños, deténgalos de forma relajada y siga concentrándose en la respiración y en la palabra que repite. A medida que avanzas en esta meditación, deberías sentirte cada vez más relajado en tu mente y en tu cuerpo, sentir que respiras de manera más efectiva y que la circulación de la sangre en todo tu cuerpo se vuelve más eficiente.

Nota final

También puedes sentir un placer mental creciente a lo largo de la meditación. Como cualquier tipo de entrenamiento, la meditación puede ser exagerada de manera que te canses y te desgastes. Por lo tanto, no debes meditar durante tanto tiempo o tan concentrado que te sientas cansado o vaciado mentalmente. A veces, la meditación puede dar problemas a las personas que padecen enfermedades mentales, epilepsia, problemas cardíacos graves o enfermedades neurológicas. Por otro lado, la meditación puede ser de ayuda para tratar estas y otras dolencias. Las personas que padecen este tipo de dolencias deben comprobar qué efectos tienen los distintos tipos de meditación en su propio tipo de problemas de salud, antes de empezar a practicar la meditación, y ser prudentes si deciden empezar a meditar. Puede ser sensato aprender a meditar con un profesor experimentado, un psicólogo o un trabajador sanitario que utilice la meditación como módulo de tratamiento para la enfermedad en cuestión.