¿Qué ocurre cuando el cuerpo está estresado? El estrés es un tema muy importante para la salud, pero generalmente lo que se nos dice sobre el estrés está un poco simplificado: Reduce tu ansiedad; mucho estrés es malo para tu salud. No es un mal consejo, pero el estrés puede ser una noción tan vaga y abrumadora que es difícil saber por dónde empezar.

Veamos...

Entender lo que realmente ocurre cuando el cuerpo está estresado puede ayudarle a ser más consciente de lo que ocurre en los momentos de mayor estrés. Cuando el cuerpo reacciona ante una situación estresante -ya sea un entorno, un pensamiento o un sentimiento estresante-, entra en modo "lucha o huida", lo que significa que se prepara para hacer frente a la tensión enfrentándose a ella o evitándola. El ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria y la presión arterial aumentan.

Los músculos lisos del cuerpo, como los del tracto digestivo, se ralentizan. Se envía más energía a los músculos esqueléticos utilizados para el movimiento. La glucosa y las grasas se liberan en el torrente sanguíneo para obtener más energía. La energía se desvía del crecimiento y la función sexual. La memoria y la concentración aumentan a corto plazo, pero con el tiempo ambas disminuyen. El sistema inmunitario se debilita para conservar la energía y hacer frente a la situación de estrés.

Dolor

Las señales de dolor disminuyen. El cerebro indica al cuerpo que libere hormonas para controlar el estrés, como la adrenalina, el cortisol y las endorfinas. A corto plazo, estos cambios fisiológicos no suponen ningún daño real para tu sistema, y en una situación de estrés real pueden permitirte manejarla de forma efectiva. Pero a largo plazo, el estrés continuo del cuerpo plantea una variedad de riesgos para la salud. Los efectos a largo plazo del estrés en el cuerpo son de gran alcance y pueden tener un impacto negativo en la salud en general.

Fatiga

El estrés exige la creación de energía. Tanto si el estrés es real como si es imaginario, su cuerpo intentará producir energía para intentar hacer frente al estrés. Sistema inmunológico debilitado: Dado que el estrés disipa la energía del sistema inmunitario, puede provocar más incidencias de resfriados o gripes, o aumentar el riesgo de padecer afecciones autoinmunes como alergias o artritis reumatoide. Además, un sistema inmunitario debilitado es menos capaz de combatir las células potencialmente cancerosas, por lo que el estrés puede aumentar el riesgo de cáncer.

Trastornos cardiovasculares

El estrés hace que todo el sistema cardiovascular trabaje más, provocando que los vasos sanguíneos se desgasten más rápidamente. Entra más grasa en el torrente sanguíneo para obtener energía, y ésta puede acumularse en los vasos sanguíneos, lo que provoca un mayor riesgo de aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares.

Digestión

Los músculos lisos del tracto digestivo se desactivan durante la ansiedad, haciendo que la digestión sea considerablemente más lenta. Esto puede provocar con el tiempo síntomas como el síndrome del intestino irritable (SII), úlceras y estreñimiento. El sistema digestivo está repleto de terminaciones nerviosas y estrechamente vinculado a otros elementos del cuerpo humano, por lo que los efectos negativos del estrés sobre la digestión pueden dificultar la salud y la vitalidad en general.

Riesgo de diabetes

El estrés hace que el páncreas libere glucagón, que eleva los niveles de glucosa en sangre para obtener energía. Además, disminuye la producción de insulina -una hormona responsable de mantener el azúcar en el cuerpo- y promueve la resistencia a la insulina. Con el tiempo, esto puede dar lugar a un mayor riesgo de desarrollar diabetes resistente a la insulina (tipo II).

Concentración reducida

Durante un breve periodo, el estrés mejora la concentración y la memoria. Pero a largo plazo, la región del cerebro responsable de la concentración y la memoria pierde su capacidad de respuesta a las hormonas liberadas por la ansiedad, y la memoria y la concentración se reducen.

Envejecimiento

La vida de estas células en su cuerpo disminuye en respuesta a la ansiedad a largo plazo. Esto acelera el proceso de envejecimiento. Tensión muscular: Si su sistema está experimentando una tensión constante, está enviando energía a los músculos del cuerpo. Pero como el cuerpo no está utilizando esos músculos, la energía se estanca y da lugar a una tensión muscular crónica, y pueden aparecer síntomas como el dolor persistente de cuello o de espalda.

Entendámoslo

Debido a los efectos nocivos del estrés a largo plazo, es importante darse cuenta de que el estrés es mucho más que un sentido psicológico o emocional, sino una reacción física muy real en el cuerpo. Esto podría ayudarte a controlar la ansiedad como una forma de cuidar mejor tu salud. El primer paso para controlar el estrés es tener la capacidad de reconocer cuándo se está produciendo y por qué se está estresando. Esta es a menudo la parte más difícil, ya que la ansiedad puede convertirse en una parte tan normal de la vida que se convierte en una lucha para darse cuenta de que está ahí.

Tu cuerpo no puede diferenciar entre una situación de estrés real en el entorno, o una situación de ansiedad percibida. Esto significa que tanto si estás pensando en imaginar una situación estresante, como si realmente estás pasando por una, el cuerpo reacciona de la misma manera. La mayoría de las veces, las personas que sufren un exceso de estrés a largo plazo tienen problemas para diferenciar entre el estrés real y el percibido. No son capaces de soltar la ansiedad porque no les sirve. Reconoce cuándo estás estresado.

Toma nota

Fíjate en los síntomas físicos que pueden estar asociados a tu estrés: por ejemplo, aumento del ritmo cardíaco, irritabilidad, fatiga, ansiedad o depresión. Las personas responden de forma diferente, así que conoce tu propia reacción. ¿Qué tipo de estrés tienes? Existen varios tipos de ansiedad. ¿Ansiedad hiperactiva, tipo A, ansiosa? ¿Ansiedad depresiva, del tipo de "rendirse"? Conocer la forma en que tu personalidad distintiva manifiesta el estrés es beneficioso para afrontarlo. Por ejemplo, alguien que está estresado por un exceso de acción podría bajar el ritmo y encontrar tiempo para relajarse. Alguien que está preocupado por las altas expectativas y el deseo de rendirse podría beneficiarse de adoptar un enfoque más realista y relajado de su vida.

Bájate del tren. La mente tiene tendencia a correr como un tren de mercancías, sin darse cuenta de la cantidad de energía que está quemando o de lo que está corriendo en su camino. Reconocer cuándo ocurre esto y tomarse un tiempo para hacer una parada en boxes te ayudará a tener cierta perspectiva sobre el estrés que estás sintiendo y le dará un respiro a tu cuerpo.

  • Ejercicio: El ejercicio ligero es una forma estupenda de escapar de la cabeza y deleitarse con el cuerpo. Medicamentos naturales: Los adaptógenos son medicamentos naturales que te ayudan a "adaptarte" a la presión equilibrando la cantidad de hormonas del estrés en el cuerpo. Algunos ejemplos son el ginseng, la ashwaghanda y la rodiola.
  • Evite los estimulantes: Las sustancias estimulantes, como la cafeína, o acciones como el uso excesivo de la televisión o el ordenador pueden aumentar la acción del sistema nervioso del cuerpo, lo que hace más difícil bajar y relajarse.
  • Habla de ello: es fácil quedar envuelto en nuestros propios mundos, así que hablar con alguien de confianza sobre los factores de estrés en tu vida puede permitirte ver mejor qué métodos específicos de pensamiento están aumentando tu estrés.
  • Haz lo que te gusta: Además de ocuparte de las responsabilidades de la vida, es útil recordar que debes emplear tu energía en hacer cosas que te relajen y te resulten placenteras.

Conclusión:

Reducir el estrés no sólo implica reducir las tareas estresantes, sino también hacer otras cosas más divertidas en su lugar. A medida que aumentan los conocimientos científicos sobre el estrés y empezamos a saber más sobre los efectos negativos del estrés a largo plazo en el cuerpo, se hace más evidente la importancia de disminuir la cantidad de estrés crónico que tenemos en nuestras vidas para mejorar nuestra salud. Esto es algo difícil de manejar, pero conocer la naturaleza de la ansiedad, reconocer cuando está ocurriendo y hacer algunas cosas básicas para reducirla va a ser de gran beneficio para tu salud a largo plazo.