En lo que respecta a obtener más energía, prosperar con una enfermedad crónica y superar la fatiga, encuentro que mucha gente hoy en día necesita una bala de plata. La gente quiere una sola cosa que pueda hacer para sentirse mejor. En muchos aspectos, la dieta parece ser la más sencilla, o al menos la primera a la que llega la gente. Yo lo hice cuando intentaba curarme de la esclerosis múltiple y recuperar la energía.

Es bueno saberlo

Pero la salud, la salud y el florecimiento son algo más que lo que consumimos. Me complace ver que los libros más recientes sobre enfermedades crónicas y autoinmunes mencionan el uso de la meditación. Como ejemplo, en el libro Superar la esclerosis múltiple, el Dr. George Jelinek dedica un capítulo completo a la meditación como herramienta que debe integrarse en un programa de bienestar para la EM.

Son abrumadoras las pruebas del éxito de la meditación para mejorar la vida de los enfermos de esclerosis múltiple y otras enfermedades crónicas. Un estudio reciente publicado en Neurology (2010;75;1141-1149) reveló que la calidad de vida médica, como la incidencia de la depresión, el estrés y la fatiga, disminuyó considerablemente para quienes participaron en un programa estructurado de 8 semanas de entrenamiento de mindfulness. Otros estudios han descubierto que la meditación produce efectos duraderos en la mente (aumentando las conexiones) y mejorando el funcionamiento adecuado del sistema inmunitario.

Meditación

La meditación no es sólo para los yoguis y los monjes budistas. Cualquiera puede hacerlo, en cualquier lugar. Y es gratis. Aquí tienes un plan sencillo o puedes buscar un centro de meditación en tu ciudad si quieres más orientación. Para empezar, lo ideal es encontrar un lugar tranquilo. Siéntate en una silla con la espalda apoyada y los pies en el suelo, con las piernas cruzadas o como te resulte más cómodo.

Puedes cerrar los ojos o concentrarte en un punto estático. Realiza unas cuantas respiraciones de limpieza. Recorre tu cuerpo de la cabeza a los pies, relajándote a medida que avanzas. Luego observa tu respiración. Inspirar. Exhalar. Si los pensamientos entran en tu zona mental, obsérvalos pero no los persigas. Obsérvelos flotar como un pez en un acuario. Si eres propenso a quedarte con un pensamiento, agradece la idea por venir y di que volverás a ella cuando termines. Si es la primera vez que meditas, empieza con 5 minutos.

Conclusión:

Trabaja durante 20 minutos. Si no puedes encontrar 20 minutos, hazlo durante 5 minutos, 4 veces al día. Esta es una práctica que es mejor hacer todos los días. ¿Pero qué se hace mientras se medita? Esta es una pregunta frecuente. El mejor consejo que he recibido es que trates tus ideas como si fueran peces en un acuario. Míralos pasar, pero no te sumerjas tras ellos.