El estrés, como respuesta natural del organismo a determinados acontecimientos o estímulos de nuestra vida, produce resultados positivos y negativos. La llamada "respuesta al estrés" es bastante vital para preparar a nuestro cuerpo ante los retos o amenazas que se le presentan. Esto es especialmente cierto en los casos en los que se necesita un cierto grado de agitación o una dosis excesiva de adrenalina para hacer algo.

Entendámoslo

Por ejemplo, cuando alguien va a lanzar ese tiro ganador en un partido de pelota, o cuando vas a presentar tu propuesta a tu siempre crítico jefe, o en cualquier momento en que creas que tu vida está siendo amenazada por algún peligro inmediato. Normalmente, cuando la sensación apremiante de peligro ha pasado, todas las funciones corporales vuelven a la normalidad. Esto es lo que se llama la "respuesta de relajación". El problema es cuando la ansiedad persiste durante un tiempo prolongado, o cuando la respuesta de relajación no se inicia.

Si esa es la situación, el cuerpo se mantiene en tensión y las sustancias químicas responsables de la llamada respuesta de "huida o lucha" siguen siendo segregadas en nuestro sistema. Esta condición suele provocar esa sensación de agotamiento relacionada con el estrés a largo plazo. Además, la ansiedad a largo plazo puede causar muchas dolencias, lo que es muy perjudicial para nuestra salud. Algunas de ellas son problemas cardíacos, disminución de los niveles inmunitarios, disfunciones reproductivas y sexuales, problemas gastrointestinales y mucho más.

Tenga en cuenta

Sin embargo, no hay que preocuparse demasiado por estas cosas, ya que hay medidas que se pueden tomar para contrarrestar el problema. Una vida sana, junto con diferentes métodos de reducción del estrés, puede dar el respiro necesario al estrés cotidiano de la vida moderna. Una dieta nutritiva y el ejercicio regular suelen reforzar las defensas naturales del cuerpo contra la ansiedad. Asegúrese de comer una variedad de cereales integrales, frutas y verduras frescas y de evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol.

Recuerde que debe evitar el tabaco. El ejercicio tiene numerosos efectos beneficiosos. Nos proporciona la distracción esencial de los acontecimientos estresantes y ayuda a mantener el nivel óptimo de funcionalidad de nuestros sistemas fisiológicos, lo que dificulta que la ansiedad afecte negativamente a nuestro cuerpo. Al comenzar una actividad regular, asegúrese de consultar con su médico de cabecera para asegurarse de que está en condiciones de realizar actividades extenuantes y a qué niveles. Empieza despacio. No te fuerces a hacer repeticiones más allá de tu capacidad. Después de algún tiempo, puede aumentar lentamente sus repeticiones. asegúrese de tener un régimen de ejercicio diverso.

¡Prueba esto!

Encuentra actividades que sean emocionantes, desafiantes y satisfactorias. Esto te mantendrá en tu rutina de forma permanente en lugar de abandonarla al cabo de unos meses. Caminar a paso ligero, nadar, hacer ejercicios aeróbicos y practicar yoga o tai-chi pueden ser muy buenos para este fin. Otros destructores del estrés de eficacia probada son la comedia, las técnicas de relajación, la terapia de masaje y las prácticas cognitivo-conductuales. Tener un fantástico sentido del humor te ayudará a lidiar con el estrés.

La risa ayuda a descargar los sentimientos reprimidos y las energías negativas y tiene un impacto físico real en la reducción de la hormona del estrés. Las técnicas de relajación refuerzan el funcionamiento del procedimiento de relajación. Dado que no podemos eliminar el estrés de nuestra vida diaria, es imprescindible reforzar nuestras respuestas de confort. Entre las técnicas de relajación más populares se encuentran los ejercicios de respiración profunda, la relajación muscular y la meditación. La terapia de masaje también es una técnica establecida para generar efectos calmantes en el cuerpo. El masaje sueco, el shiatsu y la reflexología son recomendables para este uso.

Técnica cognitivo-conductual

Es, sin duda, uno de los mejores métodos para combatir el estrés. Esta técnica consiste en identificar la causa o causas subyacentes del estrés, reestructurar las propias prioridades, cambiar la respuesta al estrés y encontrar las técnicas adecuadas para gestionar y reducir la ansiedad. El método comienza con el mantenimiento de un diario o una cuenta de sus actividades diarias y anotando qué encuentros causan tensión o respuestas adversas junto con las cosas que produjeron el efecto contrario. El siguiente paso consiste en reestructurar tus prioridades en la vida.

Ya has identificado lo que te presiona. Intenta ahora cambiar el equilibrio de las acciones que producen estrés a las actividades que lo reducen. Por ejemplo, la fuente de ansiedad se centra en su vivienda. Entonces, proponte pasar los fines de semana fuera de la ciudad o crear tiempo para actividades recreativas al aire libre. No me refiero a desahogar su ira o sus frustraciones con otra persona. Los terapeutas aconsejan encarecidamente hablar con una persona de confianza de forma positiva para explicar y mantener sus necesidades. Escribir tus sentimientos también puede ser de gran ayuda. Por último, céntrate en el lado positivo de la vida. Esto ayuda a aliviar la tensión y a que te des cuenta de tus objetivos.